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'IN MEMORIAM'

Lise London, una heroína de la lucha antifascista

El exlíder del Partido Comunista de España recuerda a la última brigadista internacional, fallecida el pasado 31 de marzo

Lise London.
Lise London.

La noche del sábado al domingo falleció en París, a los 96 años, una amiga entrañable de los antifranquistas españoles: Lise London.

Nacida en 1916, Lise era hija de un matrimonio de campesinos aragoneses, los Ricol, que emigraron a Francia durante la I Guerra Mundial. Desde muy joven, se afilió a la Juventud Comunista francesa y al estallar la Guerra Civil trabajaba en las oficinas de la Internacional Juvenil Comunista en Moscú, donde había contraído matrimonio con Artur London, un joven checo que más tarde alcanzaría fama mundial en unas condiciones dramáticas.

Al formarse las Brigadas Internacionales, Lise y su marido vinieron a España y participaron en la guerra contra el fascismo, como hicieron muchos jóvenes de los más diversos países. En España combatieron por la paz y la libertad del mundo. Aquí los conocí yo a finales de 1936; desde entonces hemos mantenido una sólida amistad.

Al terminar nuestra guerra, Lise y su marido, al que todos llamábamos por su nombre de guerra, Gerard, volvieron a París, donde Lise trabajó conmigo en la JSU hasta el comienzo de la contienda mundial, mientras su marido trabajaba en el Movimiento Obrero Inmigrado (MOI), que desempeñó un importante papel en la Resistencia contra la ocupación alemana. Bajo la ocupación, ambos militaron en la clandestinidad, afrontando sus riesgos. Lise fue detenida por los nazis cuando encaramada en una silla arengaba en un mercado a las mujeres que protestaban por la escasez y la carestía de los víveres, que los ocupantes requisaban para abastecer a los alemanes. Fue llevada a un consejo de guerra y condenada a muerte. Por hallarse embarazada en estado muy avanzado de su hijo Gerard, que nació en la cárcel, no fue ejecutada. Lise terminó la guerra en un campo de concentración alemán.

Artur London cayó detenido también bajo la ocupación. Torturado y enviado al campo de Buchenwald del que consiguió salir vivo a Liberación.

Al terminar la guerra volvieron a reunirse en París. Parecía el fin de todas las pesadillas. Pero el Partido Comunista de Checoslovaquia reclamó la vuelta de London a su país para ocupar un alto cargo en el Ministerio de Relaciones Exteriores. En los años 1949-1950, cuando la terrible represión estalinista se extendió en las democracias populares y se ejecutó a un buen número de dirigentes comunistas, London fue detenido, brutalmente torturado y condenado a prisión. Muerto Stalin, las víctimas fueron rehabilitadas y London quedó de nuevo en libertad.

En 1956, la familia London y la mía pasamos juntos un mes de vacaciones en Varna (Bulgaria). Reanudamos la vieja amistad y en ese mes, hablando con London, yo aprendí a no creer lo que yo no viera con mis ojos y tocaran mis manos. Lección que influyó a partir de entonces en mi militancia política.

Esta amistad que ha durado hasta ahora la continuarán, espero, muchos años nuestros hijos.

Después de tantas vicisitudes, Lise y London han llevado una actividad incansable por todas las causas progresistas: escribiendo libros, publicando artículos, haciendo conferencias. Muerto London, Lise ha continuado. Volvieron muchas veces a España, que llegó a ser su segunda patria. ¡Descansa en paz, querida Lise, tus amigos no te olvidaremos nunca!

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